miércoles, 20 de febrero de 2008

La Comuna. Andrés Pons




Hoy os presento un inquietante relato de mi buen amigo Andrés Pons. Sin duda os divertirá, pero también os hará pensar en la condición humana y en la rutina que nos rodea. Que lo disfruteis.






LA COMUNA
Los disparos resaltan por todo el lugar invadiendo la noche en el escándalo de la sangre. El hombre manchado de sangre por todo su cuerpo grita órdenes por las ventanas de la cabaña.
Mira a la reportera fijamente
- Creo que debes irte si puede salir con vida de ésta, tienes una gran historia que contar, vamos a morir por lo que queremos, te aseguro que sólo siento un gran alivio.
UNAS HORAS ANTES
Silvia se levanta de un salto ante el sonido del despertador, la joven periodista recién graduada no va a olvidar su primer trabajo televisivo.
Dando tropezones por el reducido espacio llega al l baño. Un apartamento de alquiler que cuenta con lo preciso, habitación, cocina, aseo y un pasillo. Apenas amueblado con cuatro trastos viejos le queda bastante apartado del Madrid céntrico donde trabaja.
Lo único que puede permitirse por el momento; tampoco le importa demasiado saber que si su carrera va subiendo, también subirán sus aspiraciones de vida, podría estar viviendo tranquilamente en el chalet de sus padres, ambos periodistas bien adinerados. Enseguida se borra esos pensamientos, todo a lo que llegue debe ser por mí misma, no deja de repetirse a diario, por algo se pagó sirviendo copas en bares de mala muerte sus estudios, si permitiese unas llamadas de su progenitor ya estaría en alguna cadena importante.
Desde no es su plan, jamás dejara que le acorten su camino para que no la tomen en serio, no será la hija de, simplemente alcanzara sus objetivos por su propio nombre.
El móvil suena sacándola de su letargo:
- Soy Alfredo, hoy vas a tener que cubrir tu primer reportaje, una comuna de hipéis llevan armándola unos días por los montes.
Nada más, se corta la comunicación bruscamente dejándola con la palabra en la boca, su jefe siempre tan expresivo.
¿Un reportaje con cuatro colgados en el campo? ¡Joder nena como se nota que empiezas en esto! La rebeldía de la chica florece en esos momentos, por eso a pesar de su radiante belleza con poco más de la veintena no se le acercan los chicos.
¡Basta! Se regaña de nuevo ya en su ford fiesta que cada día echa más humo y su motor suena peor. Su madre siempre intentaba colocarla con algún pijo de la comunidad de millonarios. Algunas citas y se le terminaban las ganas de volver a ver a esos hijos de papá cuya mayor frustración es la avería de su nuevo yate.
Alguna vez encontraré un tipo de verdad con cosas que ofrecer a la vida, tal vez sólo sea una tonta soñadora pero tengo derecho a soñar por mí misma. Sus familiares nunca acababan de entender su filosofía de vida.
Melena rubia al viento que combina con sus ojos verdes en un rostro perfecto, sus 1,75 de estatura lucen divinamente en un físico deportivo perfectamente moldeado en todas sus curvas. Su belleza es una baza para la televisión, una cara preciosa ayuda a la audiencia.
Llega a los estudios tosiendo ante el aire siempre solucionado, vestida con unos prácticos vaqueros y jersey acude a la planta para recibir las instrucciones del día. El glamour por el momento le queda bastante atrás, de momento el nombre se lo debe currar en las calles.
- ¡Don Alfredo!
El director la mira con simpatía para reprimirle dulcemente:
- Supongo que en el manual de los jóvenes no entra llamar antes de entrar en los despachos como bólidos.
Alfredo es un hombre corpulento de estatura elevada que se mantiene perfectamente a sus cincuenta años, sus arrugas acompañadas de una progresiva calvicie ya no engaña su madurez a pesar de mantener una buena forma. Sus ojos son camuflados en unas gafas de bastante aumento, al parecer la edad empieza a dictar sus estragos.
Aprecia a Silvia desde que la conoció haciendo las prácticas, sabe que proviene de clase acomodada y sin embargo se está ganando las cosas por sí misma. Siempre nerviosa, con unas ganas locas de comerse el mundo. Está seguro que tiene un desparpajo especial para la profesión, el futuro es suyo y ayudará porque se lo merece, es la hija que siempre deseó aunque con su mujer no pudieran tener descendencia, tras un complicado aborto no deseado.
- Bien –prosigue con una sonrisa – toma asiento, que te explicaré los detalles de tu reportaje para esta tarde.
Al parecer unos vagabundos se acaban de hacer fuertes en medio del campo, construyeron sus barracas, viven de la naturaleza en plan ROBINSON CRUSOE, eso como comprenderás no le hace mucha gracia a las autoridades. Tras darles la orden de desalojo, el líder de ellos dice que combatirán su retirada. Desde luego no creo que llegue la sangre al rió, supongo que quieren algo de publicidad, dar la nota. Lo mejor es que acabamos de descubrir que el líder es un prestigioso médico desaparecido hace tiempo de su hogar, el tipo estaba considerado uno de los mejores especialistas del corazón.
- Jajajaja pues a perdido la puta cabeza y se dedica a hacer el tarzan por los montes al lado de sus adoradores.
- Como ves es algo bastante suculento, te lo doy a ti cuando muchos compañeros tuyos se pelean por entrevistar a ese chiflado. Creo que puedes sacarle bastante jugo.
Tras la reunión la joven se dirige emocionada en busca de su equipo, un doctor de enorme popularidad lo cambia todo. ¿Qué le llevo a dar un giro tan radical en su vida? De buenas a primeras se encuentra con una gran oportunidad en sus narices, lo que no sabe es que no se tratan de simple alborotadores. Ellos van a morir por su libertad.
……………………………………………………………………………………
EL MÉDICO
El despertador suena como cada mañana con su odioso timbre, Carlos, de unos magníficos cuarenta años, se incorpora con el rostro torcido, su mujer ronca plácidamente. Sin duda le tocó la lotería al casarse conmigo, piensa con desdén el hombre mientras se afeita.
Se levantará a media mañana para tomar café con pastas en alguna cafetería de alto standing, después seguramente realizará un montón de compras, se juntará con algunas amigas para despellejarse mutuamente, tal vez por la noche baje al cine y a dormir.
Una vida maravillosa aunque ellos ni se miren, no recuerda cuando fue la última vez que decidieron hacer el amor.
Su hija adolescente se cría con los mismos valores inculcados a base de tarjetas de crédito y todo tipo de comodidades, ambas son bellas por fuera con sus cabellos rizados que brillan en rubias melenas, la belleza es lo primero que le atrajo de su mujer, lo que jamás se pudo imaginar es que quince años de matrimonio la convirtieran en el ser superficial con el que estaba atrapado en sus cuatro paredes.
En el mundo exterior no puede disfrutar de mayor prestigio, un cirujano que llevaba a sus espaldas muchas vidas salvadas, casado con una mujer que fue varios años ganadora de múltiples premios por su rotundo físico. Gana dinero para vivir entre lujos, que desde luego se nota en el grandioso chalet donde se establecieron con piscina gigantesca, campo de tenis, baloncesto….etc. Físicamente se muestra resplandeciente con su estatura que sobrepasa sobradamente el 1,90, tez morena acompañada de unos preciosos ojos verdes. Su afición al tenis lo mantenía con un físico próximo al de un deportista de élite.
Guapo, inteligente, rico y admirado ¿Qué más se puede pedir? Seguramente el no estar atrapado en un mundo que no eligió, ya que se lo eligieron sus padres, él siempre soñaba por las noches cuando se transportaba en el televisor a mundos llenos de aventuras peligrosas de bestias con sangre en los ojos. El hombre bajo el manto de la falsa felicidad anhela vivir un mundo como realizador de documentales o encontrarse a sí mismo libre de los status sociales que le encadenan todos los días.
El día se presenta tan nublado como su alma, de nuevo el trabajo estresante con gritos por todo el lugar y gente enferma. Adoraba poder salvar a todos los que pudiera pero ¿Quién me salva a mí? Esa pregunta por desgracia no encontraba respuesta ni consuelo.
Aquel papel en el parabrisas de su Toyota cualquier otro momento hubiese acabado en el suelo, en el se anunciaba gente que poblaban unas cuevas en el bosque espeso de las afueras. Viven libremente sin reglas, con lo que les da la naturaleza, consiguiendo sus propios medios.
Todo tipo de personalidades que decidieron romper las conveniencias sociales para abandonarse a un mundo diferente.
Sin duda parece el panfleto de una secta barata, pero esos pensamientos que se explican lo atrapan desde el primer instante.
¿Puede ser esta nota la llamada que estaba esperando? ¿Tal vez venían a salvarlo? De repente sin saber lo que hace, arranca su coche hacia donde indica el plano, sin analizar el impulso; su vida se basaba en pensar profundamente cada paso a tomar, en esos momentos se rompía la norma.
DIARIO DE LA LIBERTAD
Soy el doctor Carlos, llevo tres meses alejado de la civilización que se convierten en los mejores de mi vida.
No echo nada de menos pues lo que deje atrás, no valía la pena, que mi mujer y mi hija vivan sus vidas de riqueza gracias a mí trabajo, eso me da igual, en esos momentos me encuentro comiendo un delicioso cordero que cazamos hace un par de horas.
Aquel papel cambió mi vida como jamás pude imaginar:
Recuerdo de la forma que llegué al sendero, bajé del coche y subí los tortuosos caminos con facilidad, no en vano me servía el deporte practicado tantos años.
Aquel aire hinchó mis pulmones, la calma se respiraba a cada paso que me llevaba a un paisaje de ensueño. Llegué a un camino que se cortaba en gran espesura tras una frondosa vegetación. Detrás de ella me cortaron el paso un grupo de personas que parecían salidos de una antigua película de náufragos.
Barbas casi hasta las rodillas, tan sólo vestidos con pantalones cortos, cuerpos peludos con musculatura resplandeciente, al igual que cabellos que bajan hasta los tobillos. Hombres y mujeres prácticamente desnudos llenos de heridas por una vida dedicada a la supervivencia.
- Si llegaste hasta aquí es porque encontraste nuestra nota, lo más importante es que necesitabas venir.
No puedo calcular demasiado su edad, supongo que ninguno de ellos es mayor que yo, la mayoría no parece sobrepasar demasiado la treintena.
- No se demasiado que hago aquí, solo puedo decir que estoy agotado por algo que me ahoga y no sé como explicarme, sólo puedo asegurar una cosa:
- me encuentro perdido bajo el peso de una vida que no quiero seguir viviendo.
No entiendo el porqué salio todo de mi boca, ni puedo encontrar una explicación coherente a todo aquello.
Por un lado algo me decía continuamente:
¿Qué cojones haces aquí con gente que parece salida del Apocalipsis? Vuelve a recorrer el camino a la inversa, date una buena ducha, llama al trabajo excusándote del retraso o mejor sal del paso con la excusa de un resfriado. Pero regresa a tu mundo, deja a estos locos antes de que acaben contigo.
Sin embargo al día siguiente quemaba mis ropas y empezaba mi aprendizaje para vivir cada día una nueva experiencia.
No tardé en transformarme en un magnifico cazador, pescador y leñador destacando en todas las actividades que realizábamos.
Entre las mujeres mis pasiones primarias se dirigieron hacia Elena, voluptuosa en su cuerpo con un pasado de profesora que aborrecía. Un marido que nunca le dio satisfacciones sexuales con un mundo que al igual que yo, ya no quería comprender.
Sus pechos abarcaban toda mi boca, en medio de la luna llena el lobo aullaba ante nuestros gruñidos de deseo animal.
Nuestros cuerpos se fundían con la fiereza de la pasión con la que se entrelazaban nuestras lenguas, el orgasmo caliente inunda la resistencia, ella lame todas mis zonas ante mis ojos deseosos. - Hacía demasiado tiempo que no sentía nada parecido.
- Doctor, creo que yo tampoco, por eso estamos aquí, cuando llegué me pasó lo mismo, no dejaba de preguntarme: ¿Qué pasa si enfermamos? Lo comprendí enseguida. No pasa nada, pues tendremos que durar lo que podamos de forma natural, esto no es un mundo artificial, si Dios cree que nuestro destino es enfermar deberemos aceptarlo.
- Prefiero morir saboreando este mundo que vivir bajo los efectos de drogas que siempre nos quitan lo que la vida decide.
Cuando volvimos a las cuevas, unos hombres de uniforme hablaban con uno de los cabecillas.
Recuerdo que nos miró con una tristeza que recorrió todo mi cuerpo en un frío que me paralizaba, pude adivinar lo que nos tenía que decir.
- Nos dan un plazo para abandonar esto, no tenemos permisos para vivir aquí, debemos volver a nuestras casas, muchas de nuestras familias denunciaron las desapariciones. Quizás todo llegue a su fin.
Una rabia se apodera de todo mí ser, llevo los meses más felices de mi vida y de repente no va a venir gente uniformada a privarme lo que libremente decidí.
- ¡Esta es nuestra casa! ¿A quien molestamos? ¿Qué papeles necesitamos? Llegué para escapar de la burocracia, envidias, vosotros me llamasteis, me sentí rescatado y nadie me puede obligar a volver.
- ¡Sí que pueden! (Exclama uno de ellos temeroso de las consecuencias) si no queremos por las buenas nos sacarán por las malas, pueden dispararnos.
En esos momentos mí ya poca cordura saltó por los aires:
- ¿Nosotros somos mancos? ¿No tenemos derecho a luchar por lo que queremos? Nos vamos de repente al primer problema. Os diré algo a todos, somos bichos raros para ellos. Cuando volvamos nos mirarán como a monos de feria, prefiero fallecer en estos parajes que morir en vida bajo el manto de la mediocridad.
- Si ellos disparan nosotros construiremos nuestras armas, si deciden atacar podremos decidir donde repelerles, conocemos esto metro a metro, estamos en forma y somos mil veces más fuertes. Elena me acaba de decir hace unos momentos una gran verdad que todos sabemos, sin medicinas, sin cuidados médicos. ¿Creéis que duraremos demasiado? ¿Qué llegaremos a ancianos? - Os puedo asegurar que no, pues esos de uniforme son nuestra enfermedad y debemos combatirla con nuestras propias medicinas, si finalmente tenemos que morir ¿Qué importa? Recuerdo lo que dejé atrás, antes de volver a morir en vida prefiero morir vivo.
De repente los vítores se alzaron ante mis ojos desorbitados, todos querían combatir, odiábamos la sociedad, en lo que se había convertido, ese cáncer llegaba a nosotros para liberar nuestra rabia o tal vez locura.
La guerra se declaraba, nos pusimos a cortar leña que nos serviría para construir lanzas afiladas, las grandes rocas se amontonaban rápidamente, esos tipos se enfrentaban a gente que no temía la muerte, ese es el peor enemigo.
Aquel que se libra de los temores mundanos es ciertamente terrible, no quiero ni imaginar lo que podían ser un centenar de personas con ojos inyectados en sangre dispuestas a matar si es preciso en nombre de la libertad que eligieron.
Todo se podía solucionar con una retirada pacifica, pero el tonto ego de las fuerzas del orden no permitiría una tregua que no dañaba a nadie.
El infierno se acerca, van a descubrir lo que cuatro melenudos locos pueden hacer.
EN EL INFIERNO
La reportera no siente ya su cuerpo ante la escalada, el cámara que le acaban de colocar no para de quejarse.
- ¡Joder! Todo esto para entrevistar cuatro colgados, necesito descansar.
Silvia vuelve a echarle una mirada asesina, el chico no llega al 1,70 pero mide mucho más a lo ancho con un estomago echo a base de comida basura en el burger. Con poco más de la veintena no puede subir las cuestas, como buena profesional viene con toda la ilusión del mundo, sin embargo tiene que aguantar a ese engendro que encima se peina con la raya en medio y lleva gafas de pasta.
Se pregunta divertida si el pobre podrá enfocar algo cuando lleguen, si no se muere en el camino, no tiene claro que todas sus dioptrías le permitan enfocar bien el objetivo.
- ¡Deprisa! Ya queda poco, deberías estar ilusionado pues tenemos una buena oportunidad.
- Por cierto ¿Cómo te llamas?
- ¡Me llamo Juan! Te lo he dicho ya tres veces.
- ¡Perdona! Responde irónicamente la periodista, - si te digo la verdad me importa un carajo.
- Lo que creo que te pasa es que no follas demasiado. (El chico sonríe abiertamente felicitándose de su propia ocurrencia).
- Sinceramente creo que la comida basura no sólo hace estragos en tu deformado cuerpo. Sigo sin entender cómo cojones sacaste tus estudios.
La conversación queda cortada, evidentemente no serán la pareja del año, pero deben comportarse con cierta naturalidad.
Al fin llegan al destino:
Lo primero que hacen es entrar en alguna cueva que se encuentra desierta.
- Bien, entremos y simplemente enfócame todo el tiempo, yo voy largando lo que vamos viendo.
- Estamos entrando en una de las cuevas que sirven de hogar a toda esta gente, creo que pueden comprobar que se encuentran perfectamente pulcras. Ya ven que tengo que agacharme para moverme por aquí, sus dimensiones de alto y ancho son mínimas.
- En la derecha observamos una pequeña librería con diversos tratados sobre espiritualidad u otros asuntos relacionados. Si avanzamos un poco vemos una pequeña cama echa a base de mantas sobre una forma rocosa, abajo un pequeño armario con algunos víveres.
- En el fondo una pequeña cocinita, por el suelo alguna radio, revistas parecen muy antiguas…. me sorprende la pequeña abertura que da algo de calor gracias a la luz solar, aunque la humedad en este recinto es terrible.
- Fuera cultivan pequeños jardines que aprovechan para plantar -la joven se que pensativa mirando a cámara surgiendo la improvisación – Si les digo la verdad no tengo ni idea pero creo que hace bastante bonito. Prácticamente la zona se encuentra llena de estas pequeñas cavidades. Si visitamos los caminos más llanos nuestros robinsones también construyeron algunas cabañas de dimensiones muy apretadas. Apenas distinguimos una entrada y en el interior sirven como pequeñas despensas donde guardan algunas provisiones.
- De momento es todo, en cuanto vuelvan les intentaré conseguir algunas entrevistas que servirán para saciarnos la curiosidad, supongo que todos ustedes se preguntarán.
- ¿Por qué gente bien situada en sus vidas decidieron escaparse de sus hogares? Ya saben que entre ellos se encuentra un distinguido doctor de fama nacional.
- Ya puedes cortar.
El joven observa sorprendido a Silvia:
- Me acabas de dejar sin palabras, eres muy buena, la verdad es que pocas veces se puede ver tanta desenvoltura en una debutante.
- Tú no te manejas nada mal con la cámara, creo que al final vamos a caernos bien – se calla de repente – Escucha, se acerca alguien, creo que ya están al llegar.
Tras unas presentaciones empiezan la entrevista, los reporteros empiezan a temerse lo peor al comprobar que locos o cuerdos argumentaban de forma totalmente creíble la situación.
El chico totalmente pálido hace un aparte:

- Despídete del medico loco inmediatamente, no se si te habrás dado cuenta que van completamente en serio. Están dispuestos a matar o morir por ello, creo que nosotros no pintamos nada aquí.

- Ya me di cuenta pero necesito saber el porqué, dame un tiempo.
Sin esperar palabra se planta delante de Carlos:
- La verdad es que no termino de entenderlo, dices que amas todo esto y que no tienes miedo a nada. Permíteme preguntarte ¿No es una cobardía escapar de los problemas para ocultarse en un lugar perdido? ¿Nunca pensásteis el plantar cara a vuestros problemas en vez de huir? Si no aguantas a tú esposa te puedes divorciar, si no quieres seguir ejerciendo un trabajo puedes buscar otro.
- Hablas igual que todos, yo te pregunto ¿Para qué cambiar si todo sigue igual?
Un disparo rompe el diálogo:
- ¡Vamos! ¡Debemos esconderos!
Los tres llegan a una de las cabañas cuando otro disparo alcanza al aventurero. Repleto de sangre mira con furia hacia los temerosos reporteros:
- ¡Grabadlo todo! ¡Si podéis salir con vida os aseguro que este infierno es vuestro pasaporte a la fama!
Sale malherido gritando furiosamente.
- Silvia se ve apoderada por un aura de locura que le traspasa, tal vez es la ambición del momento. Esta guerra también es nuestra.
- ¡Dame la puta cámara!
El anonadado chico la ve salir entre el tiroteo grabando en primera persona la matanza que acontece en el exterior, él solo puede llorar pensando que es el fin.
Las lanzas vuelan desde lo alto alcanzando a los policías y atravesando los corazones, las caras, brazos y piernas. Los cuerpos horriblemente mutilados yacen en fila india, grandes rocas se unen a las lanzas originando los sangrientos aplastamientos.
Los helicópteros llegan abriendo fuego, ante la oleada es imposible luchar cayendo uno a uno toda la comuna.
Elena se arrastra entre los cadáveres, al llegar junto a su amado solo puede pronunciar - Te quiero.
La periodista, viva milagrosamente, se despide de la retransmisión:
- Eso es todo, espero que el programa les resulte interesante, pues todavía no entiendo el porqué de esta guerra. Pero creo que todos somos culpables.
Al día siguiente, tanto ella como su ayudante figuraban como héroes, junto a todos los guardias fallecidos que cumplieron con su deber acabando con una lacra.
Su propio programa, la periodista del momento……………… Sin embargo empezaba a comprender a aquellos seres desilusionados por la condición humana.
FIN AP

3 comentarios:

Andres Pons dijo...

Gracias por publicarlo amigo.
Espero que te agradara.

Anónimo dijo...

Me gustó mucho, aunque también me entristeció que acabaran así. Es lo que suele pasar cuando tratas de alejarte de la rutina de esta vida vacía que llevamos.

Saludos

Andres Pons dijo...

Me alegra tu opinión.